domingo, 2 de marzo de 2008

Satisfaction

No. No es que haya abandonado ya el blog a la semana de iniciarlo. No me he cansado. No he renunciado a la responsabilidad de mantener este rincón bien alimentado y pulidito. Seguro que alguien lo habrá pensado, y con razón, al ver que ya hacía unos días que no asomaba por aquí. Uno tenía que oxigenar sus pulmones y sobre todo su cerebro: la polución laboral puede llegar a ser incluso más dañina que la atmosférica. Para estos casos uno tiene la suerte de tener una válvula de escape pirenaica, un lugar de retiro fabuloso, el paradigma del descanso. Sabiñánigo Pueblo es un oasis de tranquilidad en el cada vez más maltrecho Pirineo Aragonés (aunque de esto último ya hablaré más adelante). Y oye, mano de santo. Después de esta transfusión de vida me siento más cerca de Mick Jagger que nunca...