sábado, 12 de abril de 2008

No es país para buenos

La realidad se encarga de recordarme casi cada día, con premeditación, alevosía y descaro, que en este mundo, cuanto más cabrón eres, más posibilidades tienes de conseguir lo que te propones. Entiéndase cabrón aquí como aquella persona turbia, con un dominio ejemplar de las malas artes y que no tiene reparos cuando se trata de pisotear a los que le rodean para seguir trepando. Con ello no quiero decir que la mezquindad sea el único camino; simplemente, allana el terreno en muchas ocasiones.
La buena gente lo tiene cada vez más crudo. Antes, ser buena persona era sinónimo de honradez, fiabilidad y buen hacer y la sociedad se lo recompensaba. Hoy en día esa gente conserva esos mismos valores pero el sistema se encarga de zancadillearla, ignorarla o incluso menospreciarla.
Yo me considero una buena persona. Pero tras un ejercicio de autorreflexión que aconsejo a todo aquél que lea estas líneas, he concluído que lo soy menos que unos años atrás. Y es que el aire está muy viciado...y todos respiramos de él.
Mientrastanto, en Hospitalet, miles de ciudadanos asisten asombrados ante la gran noticia de las últimas horas y exclaman a medio camino entre la indignación y el abatimiento: ¡Qué cabrón!

4 comentarios:

DELLIAFONTE dijo...

...yo diría aún más...
¡¡¡Cuánto cabrón!!!

Eduard dijo...

¿Quién dijo que fuera fácil y agradable "obrar conforme al deber"?

¿Qué valor tienen las acciones que realizamos sí las hacemos esperando un premio o castigo (reconocimiento social, interes personal, etc.)?

Uno debe actúar siguiendo los principios universales que le dicta su propia razón, esto es, el sentido común. Claro que ésto es difícil de llevar a cabo en una sociedad multicultural y plural como la que vivimos, en la que el relativismo moral conlleva una gran perdida de valores morales.

Sí, es difícil y a menudo doloroso "ser buena persona", pero en parte es una tendencia innata en algunos seres que no tiene remedio.

Quedan pocos de los de su especie señor Franco.

JOAQUIN dijo...

Ser buena persona cuesta lo mismo que ser un cabrón. Lo segundo quizás sea más "productivo",pero si eres persona lo primero es más gratificante y sobre todo-al menos en mi caso-hace que te sientas realizado,feliz y mejor contigo mismo.
Las personas que me conocen dicen que soy buena persona, los que no que soy tonto…es lo que hay. Prefiero pasar por tonto que por malo y paso de cambiar.
San Tiki.

McAllister dijo...

tienes razón, pero permíteme un consejo....o te vas al extremo de ser un perfecto cabrón o quédate siendo una persona buena....las medias tintas son peores....yo sigo pensando que el día de los buenos llegará.